jueves, 31 de mayo de 2007

Este es un cuento de Jorge Bucay del libro Déjame que te cuente. Me ha dejado impresionado.

"Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante, que, como mas tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales… Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.
El misterio sigue pareciéndome evidente.
¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye?
Cuando tenia cinco o seis años, yo todavía confiaba el la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.
Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Imagine que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro… Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.
Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.
Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza…"

Este cuento hace que entre en un espiral de preguntas como:
¿Cuándo dejamos de luchar?
¿Tan condicionados estamos por nuestras experiencias infantiles?
Si un elefante se agota al poco tiempo y es tan fuerte… ¿Cuánto hubiese tardado yo?
¿Soy tan fuerte como aparento?
¿Qué me afecta?
¿Qué no me afecta?
¿Qué puede ser que cambie tanto mi futuro condicionado por mi presente?
Vivimos pensando que no podemos hacer algo porque, cuando eramos pequeños, una vez no pudimos hacer algo.
Grabamos en nuestra memoria el no puedo, no he podido y nunca podré hacerlo.
Si alguna vez se nos presenta la oportunidad, esta frase vuelve a nosotros como la estaca para el elefante.

jueves, 24 de mayo de 2007

Alejandro


Tan sólo deseo unos pies diminutos, unas manitas pequeñas, unos ojillos perdidos, una sonrisita viva... Quiero ver cómo te haces, sentirte cómo me sientes, escuchar tu voz primera, cogerte y mirarte, besarte... Sólo sueño con tenerte, contemplarte, disfrutarte, reír tus risas, cantarte, contarte todo, abrazarte. No quiero más que quererte, pequeño sueño... y amarte.

sábado, 19 de mayo de 2007

Dedicado para quien tu y yo sabemos

Las leyes fundamentales de la estupidez humana

Recogidas en el libro Allegro ma non troppo (1988), del historiador económico italiano Carlo Maria Cipolla (1922 - 2000).

  • Primera Ley Fundamental: Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación.
  • Segunda Ley Fundamental: La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona.
  • Tercera Ley Fundamental (o de Oro): una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas.
  • Cuarta Ley Fundamental: Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento, lugar y circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.
  • Macroanálisis y Quinta Ley Fundamental: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.

Corolarios de Giancarlo Livraghi, recogidos en El Poder de la Estupidez. Segunda parte, de septiembre de 1997.

  • Primer Corolario: En cada uno de nosotros hay un factor de estupidez, el cual siempre es más grande de lo que suponemos.
  • Segundo Corolario: Cuando la estupidez de una persona se combina con la estupidez de otras, el impacto crece de manera geométrica; es decir, por multiplicación, no adición, de los factores individuales de estupidez.
  • Tercer Corolario: La combinación de la inteligencia en diferentes personas tiene menos impacto que la combinación de la estupidez, porque (Cuarta Ley de Cipolla) "la gente no estúpida tiende siempre a subestimar el poder de daño que tiene la gente estúpida".

sábado, 12 de mayo de 2007

Proyecto Y


De todos es sabido mi afición por el arte, la fotografia y el desnudo femenino. Tambien debo confesaros mi debilidad por Petter Hegre, uno de los mejores fotografos de desnudos del mundo. Si juntamos todos estos elementos tenemos el Proyecto Y.
La colección de fotografias sobre la vulva de la mujer del Proyecto Y (20 fotos) pretende mostrar la diversidad de formas que puede tener esta parte de la anatomia femenina. Las imágenes han sido tomadas por Petter Hegre, y la colección ha sido exhibida en el Museo de Arte Stavanger de Noruega y en la galeria Galeria Antonio de Barnola de Barcelona.

Mucho mejor que unos piratas




Ya los he encontrado! No me digas que no son mucho mejor los piratas!Que? Te atreves? Bueno sólo es una propuesta, pero si te gustan te los regalo. Lo malo es que voy a tener que contratar seguridad privada para cuando salgas a la calle.

domingo, 6 de mayo de 2007

Un crimen perfecto es exactamente lo mismo que un matrimonio perfecto: todo depende de que no te atrapen.